Si estás pensando en preparar una tabla de quesos, ¡no creas que se trata de una tarea sencilla! Pero tranquilo, con un poco de paciencia, conocimientos y mucho amor por los quesos, podrás lograr una tabla de quesos que maraville a sus comensales. Hoy te presentamos algunos tips y secretos para comenzar a armar tablas de quesos.
Un consejo inicial y fundamental es que no por comprar quesos sofisticados, los quesos más caros de la tienda, tu tabla será mejor. Incluso, muchos “saturan” sus tablas de quesos desconocidos para las personas y sus paladares. Con esto lograremos dos cosas: primero, no brindar sabores a los que ya estemos acostumbrados (siempre que probamos algo nuevo, se recomienda tener también algo ya conocido). Por otro lado, solo tener sabores nuevos no logrará uno de los objetivos primarios de la tabla: el balance.
Crear un buen balance es uno de los grandes secretos para armar una gran tabla de quesos. Una combinación de quesos que, en conjunto, deleite a quien la coma. Veamos entonces cómo elegir los quesos ideales para una tabla.
¿Cómo escoger los quesos para la tabla perfecta?
Si bien no hay un número indicado que haya que respetar, se recomienda elegir entre 5 y 10 tipos de quesos para preparar una tabla. Aunque claro, lo más importante no será la cantidad. Lo más importante a la hora de elegir las variedades para una tabla de quesos será elegirlos de distinto tipo de leche, distinta textura y, si queremos armar una tabla de quesos más sofisticada, de distintos países.
Tras lo anterior, podemos decir que armar una tabla pura y exclusivamente con quesos franceses, si bien no es un error, puede acotar bastante la experiencia de sabores de los comensales. Lo mismo sucederá si en nuestra tabla ponemos todos quesos blandos, duros o ahumados, ¿no imaginas?
En relación a la elección de quesos estará la disposición de estos en nuestra tabla. Si bien hablaremos en detalle al respecto más adelante, es importante mencionar que la experiencia de comer una buena tabla de quesos es un proceso: se debe comenzar con quesos suaves para acabar con los de sabor más fuerte. Por ende, por ejemplo, si nuestra tabla de quesos se compone exclusivamente por variedad de azules, habremos caído en un serio error.
Si quieres una recomendación puntual para una gran elección, prueba lo siguiente:
- Por países, elige un 30% de quesos franceses, 30% italianos/españoles, 20% de quesos del resto de Europa y otro 20% de quesos argentinos
- Por tipo de leche elige 60% quesos de leche de vaca, un 20% de leche de oveja y otro 20% de cabra
- Por textura, puedes repartir un 40% quesos blandos, 30% quesos semi-duros y 30% quesos duros (aunque este factor es el que más sujeto al gusto de los comensales se puede dejar).
- Respecto a sabor, recomendamos que no más de un cuarto de las variedades elegidas sean saborizadas.
Una posible elección de tipos de queso para tu tabla puede ser: Manchego (España, semiblando, oveja) , Camembert (Francia, blando, vaca), Stilton (Inglaterra, semiduro, vaca), Parmesano (Italia, duro, vaca), Brie (Francia, blando, vaca), Roquefort (Francia, blando, oveja), Pecorino Sardo (Italia, duro, oveja), Pategras (Argentina, semiduro, vaca). ¡Claro! Las opciones de combinación son casi infinitas, te invitamos a probar hasta encontrar la que mejor se adapte a tu paladar.
La presentación de tu tabla de quesos
Lo más sencillo de resolver será precisamente la tabla: cualquier madera (tabla, plato amplio, etc.) servirá al fin de contener nuestros quesos para ser servidos de ella. Eso si, es importante la elección de madera, ¡ni se te ocurra servirla en plástico, vidrio u otras superficies!
Uno de los aspectos más importantes a la hora de presentar una tabla de quesos es cómo cortar cada queso de la forma correcta. Si bien ya le dedicamos un artículo a este tema, vamos a repasar los aspectos más importantes. Cada tipo de queso merece ser cortado de una manera particular. Por ejemplo, a los quesos curados se recomienda cortarlos en forma de triángulos. Los quesos duros puedes “romperlos” sin una forma particular. Los quesos blandos/cremosos déjalos enteros para que cada quien se sirva (acompaña con un poco de pan o tostadas). Mientras que los quesos semi-duros puedes cortarlos en forma de cubos.
Dos aspectos también importantes a la hora de presentar la tabla: aquellos que se guarden en heladera (ver cómo conservar cada tipo de queso) debes sacarlos unos minutos antes, para que logren airearse. Todos los quesos deben ser cortados idealmente poco antes de ser consumidos.
Cómo acompañar la tabla de quesos
Hay una gran variedad de alimentos que acompañan a la perfección una buena tabla de quesos. Uno de los infaltables, claro, es el pan. Una buena elección de panes podrá resaltar o tirar abajo tu tabla fácilmente. Como consejo general, intenta al menos tener dos tipos de panes en tu mesa: los más crujientes (como una baguette) y los más blandos (como una figacita).
Los más sofisticados también pueden jugar con variedades de pan como: panes con semillas, panes integrales, panes tostados, entre tantos otros. También puedes optar por galletas crujientes o grisines, sobre todo para los quesos blandos.
Otro gran acompañamiento para los quesos de una tabla son las frutas. Aunque menos elegidas a la hora de preparar una tabla de quesos (si, en cambio, son muy consumidas junto a una fondue de queso), son un compañero ideal ya que la combinación fruta-queso es deliciosa. Se pueden comer uvas, manzana, peras, cerezas. También los frutos secos (almendras, nueces, pistachos, entre otros) en especial para aquellos quesos más fermentados.
Las mejores bebidas
Hay dos grandes elegidos en el mundo de las bebidas para acompañar la tabla de quesos: los vinos blancos (ver todo sobre maridaje de quesos y vinos) y las cervezas rubias (ver todo sobre maridaje de queso y cerveza). Ambas serán perfectas para acompañar el sabor de los quesos mientras se limpia el paladar, dejándolo listo para nuevos sabores.
Si prefieres alguna bebida sin alcohol para tomar junto a tu tabla de quesos favorita, los jugos naturales de fruta pueden ser una grandísima elección.
Eso si, ten siempre agua mineral a mano, es un excelente adicional para limpiar por completo el paladar y saciar la sed que pueden provocarte los quesos más salados.
Conclusión
Recuerda: el objetivo a la hora de crear tu tabla de quesos es lograr balances, combinaciones de quesos justas que no saturen los paladares, pero tampoco se queden en sabores planos, aburridos. Juega con distintos tipos de quesos, prueba y ve adaptando a los aprendizajes pasados. Comienza tu primera tabla de quesos con variedades más “tradicionales”, las más conocidas, como el gruyere, pategras, mozzarella, brie, entre otros. Luego, poco a poco, podrás ir descubriendo nuevos sabores y extraordinarias combinaciones que aplicar en tus tablas de queso.
No hay nada como preparar uno mismo su propia tabla de quesos; con un buen proveedor de quesos (productores) hacerse de 5, 6, 7 variedades bien combinadas, y listo, en mi caso organizo una reunión mensual con amigos y todos los meses cambiamos los tipos de quesos para ir probando nuevas variedades, siempre nos llevamos sorpresas, es una hermosa experiencia